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Blas Lugo: “Me gusta hacer que las cosas pasen”
Autor: Néstor Calixto
25 Nov 2008

El MI (con media norma de Gran Maestro) Blas Lugo accedió a darme esta entrevista en la sede de su Academia Internacional de Ajedrez de Miami. Fue una hora en la que hablamos de ajedrez, de la vida y de los sueños.

Néstor Calixto: Cuéntame de tus inicios en el ajedrez

Blas Lugo: Yo aprendí a jugar ajedrez cuando tenía trece años, en Cuba. Dos razones fundamentales ayudaron a que aprendiera. Una fue un accidente que tuve, que me provocó un esguince y pasé quince días en casa, con un yeso puesto. La otra razón fue el Mariel, en el año 80. Nosotros nos íbamos del país y estuve seis meses sin ir a la escuela. En el barrio se jugaba ajedrez en las esquinas y allí aprendí. Después fui a una Academia de ajedrez en Los Pinos, cerca del barrio.

NC: ¿Cuál ha sido tu momento más importante en el ajedrez?

BL: El momento más importante en mi carrera ajedrecística fue cuando participé en el Torneo Abierto de Nueva York, en 1996. Yo estaba recién llegado a Miami y un amigo iba a Nueva York y me fui con él pues coincidía la fecha del viaje con el torneo. Siempre fue el torneo que soñé jugar y por fortuna fue el mejor que he jugado en toda mi vida. Allí me enfrenté a 7 GM, le gané a 4, empaté con 2 y perdí con 1. Terminé en segundo lugar e hice media norma de GM.

NC: ¿Qué piensas del ajedrez en Cuba?

BL: Es uno de las pocos deportes que se mantiene bien. En momentos en que la mayoría de los deportes han bajado su nivel, el ajedrez, increíblemente, lo ha aumentado. Y eso, a pesar de que cerca de 100 ajedrecistas titulados nos hemos ido del país. Hay una camada de jugadores jóvenes muy talentosos, como Leinier Domínguez a quien ya están comparando con Capablanca; Lázaro Bruzón (Nota del Autor: fue Campeón Mundial Juvenil en 2000) y otros, que ahora mismo están jugando la Olimpiada Mundial de Ajedrez, en Dresde, Alemania.

NC: ¿Qué piensas del ajedrez en Miami o en Estados Unidos?

BL: El ajedrez en Estados Unidos está muy bien. Hay muy buenos jugadores y muy buen nivel. Y en Miami está muy fuerte. Yo creo que está más fuerte que nunca. Hay muchos niños de nuestra ciudad ganando campeonatos nacionales o estatales. Niños de 10 y 12 años que ya tienen nivel de maestros. Aquí a nuestra Academia vienen niños que juegan muy fuerte, como Robert Pérez, Sam Silberman, Cristian Jiménez; todos con nivel de maestros y con un gran futuro. En Miami hay muchos jugadores titulados de gran nivel, como el GM Julio Becerra, cuatro veces campeón de Cuba y otros jugadores, provenientes de Cuba principalmente, que han elevado mucho el nivel del ajedrez de Miami.

NC: ¿Cuándo te fuiste de Cuba?

BL: Salí de Cuba a finales de 1994, a jugar varios torneos en México y no regresé. Esto era parte de un plan que tenía desde 1980, pero por diversas razones demoró 14 años. Hubiera querido hacerlo junto a mi esposa, pero en ese momento no fue posible y luego de 2 años y medio pudimos reencontrarnos. Como premio la vida nos regaló dos bellos niños, nacidos en este país.

NC: ¿Existe una escuela cubana de ajedrez?

BL: Sí, definitivamente. Yo pienso que viene siendo como una copia de la escuela rusa. En Cuba la enseñanza se ha guiado mucho por los métodos de preparación y entrenamiento de la antigua Unión Soviética. Pero Cuba no sólo tiene que ver con los rusos, porque Cuba tuvo un Capablanca, un Corzo, un Juan González; tuvo jugadores muy buenos y a Cuba desde el siglo XIX se le llamaba “El Dorado del Ajedrez” (N del A: así le llamó Wilhelm Steinitz [Austria], el Primer Campeón Mundial de Ajedrez, a Cuba, asombrado de su nivel y su pasión por el juego de ajedrez).

En Cuba se jugaron tres Campeonatos Mundiales de Ajedrez (N del A: 1889 – Steinitz vs. Chigorin; 1992 – Steinitz vs. Chigorin; 1921 – Capablanca vs. Lasker). Se trata de relacionar al ajedrez en Cuba con el gobierno en el poder desde 1959, pero nada más lejos de la realidad. Es cierto que luego se ha extendido su práctica, pero el nivel de aquellos primeros jugadores es innegable.

NC: ¿Cuál sería su mayor sueño dentro del mundo ajedrecístico?

BL: No soy muy dado a soñar, pero…

Me gustaría convertirme en Gran Maestro, aunque en honor a la verdad, ahora mismo no estoy haciendo nada para ello. Tendría que estudiar mucho, dedicarle muchas horas al entrenamiento. Luego, participar en torneos internacionales de nivel, donde jueguen ajedrecistas de alto rango. Y ganarlos.

Otro sueño bonito sería que uno de mis hijos, mi niña de 3 años y medio, que ya sabe mover las piezas o mi niñito de año y medio, se convirtieran en Grandes Maestros.

Otro sueño tiene que ver con mi profesión de maestro de ajedrez: que alguno de mis estudiantes fuera un futuro Campeón Mundial.

NC: ¿Qué ha representado para ti ser coterráneo de Capablanca?

BL: Es un orgullo ser coterráneo de Capablanca. Fíjate que donde quiera que llegues, sólo por el hecho de ser cubano, te respetan. Pasa lo mismo si entrara por esa puerta un ruso diciendo que sabe jugar ajedrez. Inspira respeto. Y así pasa con los cubanos. Donde quiera que llegas te relacionan con Capablanca. Es increíble que Cuba haya tenido un campeón mundial de ajedrez. Capablanca era un jugador superior, a pesar de no ser mi jugador favorito. Además, en su época había muy poco escrito. Él, junto a los grandes maestros de aquella época, eran los que escribían la historia. Capablanca era la teoría del ajedrez.

NC: ¿Hasta dónde podría llegar Leinier Domínguez? ¿Lo conoces? ¿Has jugado contra él? ¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades?

BL: A Leinier lo conocí cuando él tenía 11 años y ya yo era Maestro Internacional. Fue un torneo que se jugó en Güines, su pueblo natal. Ese fue el último torneo que yo jugué en Cuba, en 1994, unos meses antes de irme. Su entrenador de ese entonces, Raúl Pérez, un profesor de ajedrez de Güines, me dijo: “Quiero que vengas conmigo, para que conozcas a un niño que juega como un maestro”. Fuimos a su casa y en el camino me contó que es un niño huérfano, que perdió su mamá siendo muy pequeño y vivía con su padre. Jugamos dos partidas rápidas en las que estuve casi perdido. Me quedé asustado porque nunca había visto un niño tan chiquito que jugara tan duro. Después de eso lo volví a ver en Argentina, hace como cuatro ó cinco años, ya siendo un GM con 2600 de ELO y allí me ganó una buena partida.

Es un muchacho muy noble, muy sencillo, muy buena persona. Yo creo que va a llegar muy lejos, tiene mucho talento y está muy enfocado en el ajedrez. Su juego es muy fuerte en todos los sentidos y es una copia del estilo de Fisher, de quien es un gran admirador. Ya lo han comparado con Capablanca y es uno de los tres GM, nacidos en el continente americano, que han llegado a 2700 de ELO. Los otros dos son, precisamente, Capablanca y Fisher.

NC:¿Qué lugar tiene Cuba, hoy día, en el mundo del ajedrez?

BL: Yo pienso que Cuba podría estar entre los 10 primeros equipos del mundo. Tú sabes que Cuba ocupó en una ocasión el 5º lugar en una Olimpiada (N de A: Cuba finalizó igualada en el quinto lugar en Novi Sad, Yugoslavia, en 1990, pero por el sistema de desempate se ubicó en séptimo puesto. Posiblemente la mejor actuación fue en Calvía, España, en 2004, cuando también finalizó séptima, pero ya con las condiciones de hoy día) pero en la actualidad las fuerzas se han distribuido en más países. Recuerda que antes la Unión Soviética podía presentar un solo equipo y muy pocos jugadores rusos (o de otras repúblicas) se habían ido a jugar por otros países (N del A: me viene a la mente el caso de Victor Korchnoi, que aún juega por Suiza). En la actualidad varios jugadores ex soviéticos viven en otros países y los representan en Olimpiadas. Los ejemplos más ilustrativos son Gata Kamsky (Estados Unidos), Aleksey Chirov (España), Aleksandr Beliavskiy (Eslovenia), Boris Gelfand (Israel).

NC: ¿Por qué cree que es importante aprender a jugar ajedrez?

BL: Bueno, el ajedrez para mí fue muy importante. Yo era un niño hiperactivo antes de aprender ajedrez. El ajedrez fue mi cura. Me ayudó en la concentración, en la escuela; me ayudó en la vida; me ha ayudado a tomar decisiones, me ha enseñado a encontrar caminos. A veces uno piensa, cuando le salen mal las cosas, que esa es la única vía y que todo se acabó. Pero no es así, porque hay siempre varios caminos para lograr un objetivo. Todo esto me lo ha brindado el ajedrez. Como en el ajedrez, en la vida también existen variantes.

Para un niño es muy bueno porque le abre la mente, le ayuda a pensar, a analizar.

Gracias al ajedrez he viajado a muchos países del mundo. He conocido personas de todos los estratos sociales. He conocido personas que si no fuese por el ajedrez, nunca hubiese hablado con ellos. Un ejemplo que siempre recuerdo: le di clases de ajedrez a Will Smith. En otras condiciones no lo hubiera conocido.

Pero además, el ajedrez ayudó a que conociera a mi esposa, pues nos conocimos en un club de ajedrez.

NC: ¿Quisieras enviarle un mensaje a las personas que nos leen?

BL: Un consejo: que todo el que pueda aprender a jugar ajedrez, que lo haga. El ajedrez es algo que puede enseñar a todos a pensar, a tomar decisiones, a establecer estrategias. El ajedrez es el único deporte en que niños y mayores se pueden enfrentar en igualdad de condiciones. En los deportes físicos esto no es posible, por obvias razones. Pero en el ajedrez pueden estar tablero por el medio un niño con una persona de 80 años… y hasta ganarle.

Ahora unas preguntas con rápidas respuestas:

NC: Apertura preferida

BL: Peón rey.

NC: Defensa favorita

BL: Doble peón rey

NC: Su torneo más glorioso

BL: El NY Open de 1996.

NC: Y un torneo para olvidar

BL: El World Open de 2007 en Filadelfia.

NC: ¿Quién es el mejor jugador del mundo activo hoy día?

BL: Viswanathan Anand, de la India, el actual Campeón Mundial.

NC: Y el mejor de todos los tiempos

BL: Garry Kasparov

NC: La personalidad más prominente del ajedrez, según tu criterio

BL: También Garry Kasparov

NC: El jugador con quien has jugado, que más te ha impresionado.

BL: Bueno, nunca me ha pasado eso, pero el mejor jugador que he enfrentado es Aleksey Chirov de España. Sin embargo el polaco Alex Wojkevich, ya fallecido, fue quien más me “masacró”.

NC: Tu deporte favorito

BL: El Atletismo

NC: Una frase que te guste recordar

BL: Una frase muy bonita, que me ha ayudado mucho en mi vida, la escuché en Radio Martí. La repetía el profesor Ávalos, quien ya falleció. Él decía en su programa de radio “Los perdedores dejan que las cosas pasen; los ganadores hacen que las cosas pasen”.

Blas Lugo ha puesto en práctica la frase con la que termina su entrevista. Llegó de Cuba en 1994, sin nada más que su ingenio y su conocimiento del ajedrez. Ha creado una Academia de Ajedrez, que hoy día es la única que funciona en la ciudad de Miami y yo diría que el epicentro del “juego ciencia” del sur de la Florida. Pero además ha luchado contra todo y sigue haciendo que las cosas pasen.

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